¿Tiene sentido enviar productos al otro lado del mundo y venderlos más baratos que los que se cultivan a la vuelta de la esquina? En realidad no, ¿verdad? Pero esto es lo que ocurre a menudo en los supermercados.
Pues bien, tampoco estamos obligados a comprar esos productos. Presta atención a la procedencia de los alimentos y elige los que proceden de tu región o, al menos, de tu país, siempre que sea posible. Especialmente cuando se vive en pueblos pequeños, suele haber agricultores que venden sus frutas y verduras directamente en su granja o en un mercado semanal.
Incluso es posible recibir esos productos a domicilio. Por poner un ejemplo, hemos descubierto una asociación que entrega productos ecológicos de los agricultores locales directamente en nuestra casa. De este modo, tenemos alimentos de temporada de alta calidad de nuestra región sin ningún tipo de envase de plástico y sin tener que salir de casa. Esto es especialmente ideal, ya que uno de los mayores dolores de cabeza cuando no se compra todo en el supermercado es tener que ir a diferentes tiendas, lo que significa que se necesita más tiempo.