Menú Cerrar

Cómo hacer galletas de Navidad con niños sin crisis nerviosa

Christmas Cookie Baking

¡Que ilusión …¡La temporada pre-navideña ha llegado! ¿No es maravilloso cuando todo es tan acogedor? ¿Cuando reúnes a la familia alrededor de la mesa para tomar el té y todo está decorado festivamente? Y por supuesto, eso incluye preparar galletas de Navidad, ¿verdad? Pensamos en los días de nuestra infancia cuando ayudabamos en la cocina, y ahora es nuestro turno de iniciar a nuestros hijos en el arte de la preparación de galletas de Navidad. Llenas de energía nos ponemos a trabajar, ya nos vemos disfrutando con nuestros hijos, con las mejillas rojas y cantando felizmente, colocando formas perfectas en bandejas de hornear.

¡¡STOP!! Desafortunadamente, tengo que sacarte de tus sueños, porque es más que probable que la sesión no vaya a desarrollarse de manera tan armoniosa como imaginamos. Pero para asegurarnos de que no termine en un completo desastre, he anotado aquí algunas ideas basadas en mis experiencias que pueden ayudar a anticipar o evitar ciertas situaciones. Ya he tenido algunas sesiones de galletas con mis hijas y aunque cada niño es diferente, hay algunos patrones que se repiten.

Planificación

La planificación es lo más importante. Primero, por supuesto, hay que encontrar el momento adecuado. ¿Cuándo es el momento óptimo? Por supuesto, no cuando estamos apurados, porque si tenemos poco tiempo nos estresamos rápidamente. Pero especialmente con los niños hay otros factores a considerar: Si es posible, no cuando están cansados, porque rápidamente se ponen gruñones. Y no justo antes de la comida, porque tendrán hambre y se atiborraran de la masa, y por supuesto también queremos probar el resultado de nuestro trabajo y no justo antes de la comida…

Definitivamente deberíamos tener en cuenta el periodo de concentración de los niños. Nosotros mismos podemos estar planeando preparar varias variedades o figuras complicadas. Pero a los niños se les acaba rápidamente la paciencia si no pueden participar o si no tienen éxito en algo, e incluso si se están divirtiendo muy pocos quieren pasar una hora o dos en la cocina. Así que al elegir las recetas, asegúrate de que sean fáciles y rápidas de hacer, y que los niños puedan ayudar activamente según su edad.

Trivial pero no para ser olvidado: También hay que planificar qué galletas queremos preparar para tener los ingredientes a mano. No hay nada peor que darse cuenta de repente que falta uno de los principales ingredientes.

Establecer expectativas

Esto es importante tanto para los niños como para nosotros los adultos.

Yo tengo mis ideas sobre lo que me gustaría preparar, por supuesto, pero a menudo me he dado cuenta de que mis hijas tienen sus propias prioridades. Les gustan más las galletas para cortar, o donde puedan al menos decorar algo. Así que si tengo en mente hacer algo más elaborado, tiene sentido programarlo para un momento en el que pueda estar sola en la cocina.

Además, el resultado no siempre es 100% lo que pensamos que sería. A mis hijas, por ejemplo, les encanta el corta galletas del conejo de Pascua, no importa si estamos en temporada de Navidad. A veces presionan las galletas demasiado poniéndolas en la bandeja, la forma del corazón es apenas reconocible… Bueno, no pasa nada, ¿verdad? Exactamente, si lo esperabas desde el principio. Si estoy consciente de lo que puede pasar, puedo adaptarme a ello y no me siento frustrada cuando todo no sale como lo había imaginado.

Y también es importante para los niños que los preparemos para lo que esperamos de ellos: manos limpias, sin batalla de harina, y que les digamos a tiempo qué tipo de galletas vamos a hacer, para que no tengan una idea completamente diferente en sus cabezas y se decepcionen después.

Distribuir las tareas claramente

También deberíamos comunicar claramente la distribución de las tareas. Es más probable que los padres se hagan cargo de extender la masa, especialmente con los niños más pequeños. Si quieres evitar que la masa contenga el doble de harina que la receta, puedes preparar los ingredientes en pequeños tazones de antemano para que los niños sólo tengan que verterlos en el tazón grande de la masa.

La voluntad de compromiso y la empatía

Especialmente cuando más de un niño quiere participar, es un momento ideal de practicar la importancia del compromiso y que también hay que esperar a veces. Los ingredientes se ponen en el bol por turnos, los niños se turnan para remover, hay que repartirse la masa para cortar y los cortadores de galletas se reparten en consecuencia. ¿Todo eso pasa sin discutir? No siempre.

Mi pequeña está en la etapa en la que se frustra muy rápidamente. Si recibe un no, pero también si algo no sale como ella pensaba o no la entendemos, se tira enfadada al suelo. Por supuesto, esto no es ideal cuando estás ocupada y tienes las manos pegadas con masa. Así que es muy importante responder a los niños, ayudarlos si quieren, pero también dejar que prueben las cosas por sí mismos. A mí también me resulta difícil, sobre todo cuando pienso que es algo trivial por lo que se frustran y ya tengo mil cosas en la cabeza que debería estar haciendo en este mismo momento. Obviamente también es de gran ayuda que alguien nos eche una mano.

Y luego está, por supuesto, el ingrediente principal secreto, del que a menudo carecemos (incluyéndome a mí), pero que es indispensable para evitar la frustración y las lágrimas:

Paciencia, paciencia, paciencia.

Cuando nos reunimos con una taza de té y comemos las galletas caseras, nos alegramos de que el esfuerzo haya valido la pena y casi hemos olvidado los momentos menos bellos.

¿Y qué consejos tienes tú para compartir? ¿Qué te ayuda a tí y a tu familia a tener una tarde relajada haciendo repostería?

¡Te deseo una feliz tarde con muchas galletas y una maravillosa temporada de fiestas!

¿Sientes que todos los demás están haciendo todo mejor que tú?

Lee mi post sobre lo importante que es vivir tu propia vida para ser feliz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.