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Madres trabajadoras, ¿una carga o un enriquecimiento?

Working Mum

Para la mayoría de nosotros, las mujeres que trabajan son algo completamente normal. Una gran parte de la generación actual no conoce nada diferente. Pero, ¿sabías que en Alemania, hasta 1958, no era la propia mujer sino su marido quien decidía si podía trabajar? ¿Y que hasta 1977 una mujer en Alemania Occidental sólo podía trabajar si era «compatible con sus deberes en el matrimonio y la familia»?

En España, no fue hasta 1978 cuando la Constitución prohibió la discriminación por razón de sexo, lo que suposo un importante aumento del número de mujeres trabajadoras

Así que, en realidad, no hace tanto tiempo que las mujeres empezaron a incorporarse a la fuerza de trabajo. Además, durante mucho tiempo fueron sobre todo las jóvenes solteras las que se incorporaron al mercado laboral, para ocuparse luego – una vez casadas – exclusivamente del hogar y la familia. En muchos países esto sigue siendo así hoy en día, incluso la asistencia a la escuela no se puede dar por sentado en todo el mundo, ni para los niños ni mucho menos para las niñas. Así que, en primer lugar, debemos ser conscientes de nuestra situación privilegiada.

Queda un largo camino por recorrer

Hemos avanzado mucho, pero aún queda muchísimo por hacer. Todavía hay demasiados trabajos en los que se considera normal que las mujeres tengan que escuchar comentarios sexistas, estén en desventaja a la hora de recibir ascensos o reciban un salario inferior por el mismo trabajo.

En Alemania, en 2019, del total de la población activa, el 46% eran mujeres y el 54% hombres, a pesar de que las mujeres representan más del 50% de la población. Los puestos de dirección fueron ocupados por hombres en más de un 70%. 

Aun así, hoy en día, la mayoría de las mujeres en edad de trabajar tienen un empleo: En 2018, el 76% de las mujeres de 20 a 64 años en Alemania tenían un empleo, ocupando el tercer lugar en la UE después de Suecia y Lituania. España, en cambio, se situó entre los últimos puestos con un 61% de mujeres con empleo de 20 a 64 años en 2018.

Pero, ¿en qué tipo de puestos suelen trabajar las mujeres? Las opciones profesionales no han cambiado mucho desde los años 90. La mayoría de las mujeres optan por la educación, la medicina, el bienestar, el derecho, la limpieza o el comercio minorista o las ventas, mientras que los hombres siguen liderando las profesiones técnicas. ¿Es esto un problema? ¿Al final todo el mundo puede elegir la profesión que quiera? El problema surge cuando hay escasez de trabajadores cualificados y cuando la elección de la profesión se hace por (miedo a) discriminación. Asimismo, esta distribución contribuye a la brecha de género, ya que las profesiones tradicionalmente elegidas por las mujeres suelen estar peor pagadas y/o ofrecer menos oportunidades de promoción profesional.

Pero, ¿por qué deberían las mujeres – y especialmente las madres – molestarse en buscar un trabajo?

Ventajas de ser madre trabajadora

Ser madre trabajadora es un reto, sin duda. Pero también tiene sus ventajas.

¿Has oído hablar de la pobreza en la tercera edad? Sí, es lo que ocurre con las personas que reciben sólo una pequeña pensión y, por tanto, están por debajo del umbral de la pobreza, ya sea porque no han trabajado por dinero (o sólo durante poco tiempo) durante su vida, o porque sus ingresos eran tan bajos que apenas pueden vivir de la pequeña pensión que reciben. El número de personas que viven en la pobreza una vez que envejecen está destinado a aumentar, dada la disparidad entre las bajas tasas de natalidad, la disminución del número de personas que cotizan a los planes de pensiones y el aumento de la esperanza de vida. Hay muchos artículos en torno a este fenómeno, que suele afectar mucho a las madres que se tomaron varios años de descanso o incluso abandonaron por completo el mercado laboral para cuidar de los hijos. Evidentemente, la decisión de cuánto tiempo te quedas en casa es personal. La cuestión es que hoy en día en muchos casos no es suficiente con tener un solo ingreso por familia, lo que significa que será aún menos posible vivir de una sola pensión compartida cuando se envejezca. Algo a tener en cuenta.

Aparte de la parte económica, obviamente, muchas mujeres no quieren renunciar a su carrera. Muchas han estudiado y quieren volver a trabajar en algún momento. Además, reconozcámoslo, salir de casa durante algunas horas para hablar de algo más que de pañales y educación y obtener algún reconocimiento por nuestro trabajo es realmente refrescante.

Pero, ¿cómo se percibe a las madres trabajadoras en el mercado laboral? Hay personas que ven a las madres trabajadoras más como una carga que como personas enriquecedoras. Veamos algunos ejemplos.

Las molestas y exigentes madres trabajadoras

Seamos sinceros: antes de tener hijos, había muchas cosas que no podía entender. Por qué los miembros de mi equipo me enviaban un mensaje a las 3 de la mañana para decirme que su hijo tenía fiebre y que no podrían asistir a la reunión de la mañana siguiente, por qué el hijo de C tenía una infección de oído una y otra vez (bueno, por aquel entonces yo era lo suficientemente ingenua como para pensar que los niños no estarían enfermos TODO el tiempo), lo que significaba que tenía que llevarlo al médico de nuevo durante las horas de trabajo o por qué no querían participar en las actividades del equipo a última hora de la tarde. No entendía muy bien por qué necesitaban trabajar desde casa cuando su hijo estaba enfermo, porque entonces no pensaba en el hecho de que cuando tu hijo se pone enfermo en mitad de la noche y empiezas a trabajar a las 7:30 u 8 de la mañana, lo más probable es que no puedas conseguir una niñera a tiempo. Cuando los compañeros hablaban del control de esfínteres, de las noches de insomnio o de la mejor manera de afrontar las rabietas durante las pausas en el trabajo, aunque a menudo resultaba entretenido, me sentía en el lugar equivocado y me preguntaba cómo la gente puede dar tanta importancia a esos temas.

Las cosas han cambiado para mí desde entonces. Mucho.

  • ¿La niña se niega a vestirse por la mañana y tú llegas tarde al trabajo? Ya he pasado por eso.
  • ¿Tienes que ir a recogerlo al colegio porque alguien de la clase ha dado positivo en COVID, lo que significa que tu hija tendrá que quedarse en casa durante las próximas 2 semanas mientras tú intentas desesperadamente hacer cosas para el trabajo al mismo tiempo? Pues sí.
  • ¿Perderte las fiestas de Navidad, las cenas de equipo, etc. porque el pequeño se niega a ir a dormir sin mamá? A mí me ha pasadp.
  • ¿Ser de las primeras (entre las demás mamás del equipo, claro) en solicitar las vacaciones? Por supuesto, porque tardamos horas o incluso días en elaborar un plan entre mi marido y yo para cubrir todos los días de vacaciones del niño. (Para ser sinceros, los niños duplican con creces los días de vacaciones que tenemos su padre y yo juntos, aunque no pasemos ningún día «familiar» los 4 juntos. No me malinterpretes, los niños necesitan vacaciones, pero realmente, ¿hay alguien más que los padres que trabajan de maestros que sea capaz de cubrir todos esos días sin los abuelos?).

Oh, ya te vas...

Así que, aunque entiendo que las personas que no tienen hijos no entiendan del todo el esfuerzo, las limitaciones y los retos que tienen los padres y madres trabajadores, lo que más me sorprende es que incluso algunos PADRES tienden a olvidar lo que es ser padre/madre de un niño pequeño. Recuerdo a un colega que, cuando pasé por la oficina con mi hija de unos 6 meses para hablar sobre mi baja por maternidad, me preguntó si estaba disfrutando de mis «vacaciones». Me costó un poco de tiempo explicarle que cuidar de una niña de tres años y medio en plena edad de las rabietas y de un bebé de seis meses que quería estar en brazos todo el día mientras intentaba cocinar, mantener la casa más o menos limpia, luchar contra las noches de insomnio e intentar que no me diera un ataque de nervios no es realmente algo que describiría como vacaciones. Lo más gracioso es que esta persona tiene hijos él mismo (ya mayores), así que supongo que o bien ya ha olvidado lo que es tener hijos pequeños, o bien todavía pertenece a la generación en la que los padres simplemente se «esconden» en el trabajo el máximo tiempo que pueden y sólo llegan a casa para cenar tarde cuando los niños están en la cama.

Otra cosa que suele pasar es recibir comentarios como: «Oh, ya te vas. Me gustaría poder salir temprano yo también… ¡Disfruta de tu tarde libre!». Sí… bueno… verás: trabajar a tiempo parcial significa también tener menos dinero en la cuenta bancaria. Así que piénsatelo dos veces antes de «desear» esto. Además, no es una tarde «libre» en la que quedo con amigas en una cafetería para charlar o me siento en el sofá a leer un buen libro o me voy al gimnasio. Se trata más bien de correr de la guardería al colegio para recoger a las dos niñas, escuchar las quejas de mis hijas porque no les he traído galletas de chocolate para merendar en lugar de fruta o porque no quiero que vean la televisión, llevarlas al médico o sentarme en el mismo parque una y otra vez… No me malinterpretes, disfruto mucho de estar con mis hijas, pero no tiene nada que ver con el «tiempo libre» o «tiempo para mí» que los colegas suelen pensar que es. Por cierto, si crees que no tienes nada de tiempo libre para ti, echa un vistazo a este post sobre cómo podrías organizarte mejor y aprovechar al máximo tu tiempo.

Madres trabajadoras durante la pandemia

Con la pandemia, las cosas no se han vuelto más fáciles para los padres y madres trabajadores. Aparte de nuestro trabajo (por el que realmente nos pagan) tenemos que ocuparnos de los niños cuando no pueden ir al colegio, lo que es especialmente difícil cuando son pequeños. Puedes estar seguro de que, aunque intentes pensar en TODO lo que pueden necesitar mientras tienes que atender una reunión virtual de 30 minutos sin interrupción (preparándoles algo de fruta y merienda, un vaso de zumo, sus juguetes favoritos, preguntándoles si necesitan ir al baño, en algunos casos colocándoles delante de la televisión… ), puedes estar seguro de que a los pocos minutos de tu llamada alguien ha volcado el vaso derramando el zumo por el suelo, tiene los pañales sucios y necesita urgentemente un cambio, los hermanos están discutiendo por la misma pelota (por qué coger una de las otras 5 pelotas cuando puedes discutir por LA MISMA pelota con la que está jugando la hermana), alguien está escuchando a todo volumen ACDC a tu lado o escuchas el chirrido de la mascota y tienes que ir corriendo a asegurarte de que no le están dando la vuelta de nuevo para contar sus garras. Así que no, te aseguro que trabajar con niños en casa no es muy divertido, y aunque intentas concentrarte todo lo que puedes, puede haber días en los que sea un verdadero reto. 

Pero también hay partes buenas, al menos para los que tienen la suerte de trabajar desde casa: Menos estrés por las mañanas al no tener que llevar a los niños a la guardería y poder trabajar desde casa, más tiempo en familia al almorzar juntos, y también eres más flexible, tal vez puedas atender una llamada por la tarde al no tener que salir a recoger a los niños.

Además, la pandemia ha «normalizado» la situación de que la gente trabaje en casa con los niños al costado. Antes, esto era más bien una excepción, ahora se ha convertido en parte de la «nueva normalidad», y lo agradezco. Al fin y al cabo, los límites entre el trabajo y la vida familiar son cada vez más difusos, así que es justo aceptar que los niños formen parte de la vida de algunos empleados.

La otra cara de la moneda: la madre trabajadora comprometida

Por otro lado, tengo que decir que las madres están muy comprometidas. ¿Hemos estado despiertas toda la noche, paseando al niño en brazos porque está enfermo? Aun así, nos presentaremos en el trabajo (siempre que podamos organizar un canguro a tiempo, por supuesto) y daremos lo mejor de nosotras mismas. ¿Llegamos tarde o tenemos que salir antes para recoger al niño? Nos aseguraremos de hacer el trabajo y, si es necesario, compensaremos el tiempo perdido lo antes posible. Las madres trabajadoras suelen ser muy organizadas y estar muy concentradas en su trabajo. Mientras que otros se toman un café aquí y un almuerzo prolongado allá, las mamás son muy conscientes de su tiempo. Simplemente sabemos que quedarnos más tiempo no es una opción porque tenemos que recoger a los niños, así que lo que entregar que hacer, nos las arreglaremos para entregarlo. A veces, esto da lugar a soluciones muy pragmáticas. ¿Sigues buscando formas de ser más productivo? Echa un vistazo a este post.

Sí, lo admito, a veces puede ser molesto que las mamás no estén disponibles a última hora de la tarde, pero oye, por otro lado también se podría decir que es molesto que otros miembros del equipo no estén en la oficina a las 8 de la mañana para una reunión. Las mamás piden la flexibilidad que necesitan no para abusar, sino para que su jornada funcione. Si un día son menos productivas porque tienen al niño enfermo al lado en el homeoffice, ten por seguro que lo compensarán en la siguiente oportunidad. ¿Hay ovejas negras? Sin duda. Pero la gran mayoría que conozco son excelentes trabajadores y jugadores de equipo y realmente un enriquecimiento para el equipo y la empresa.

Tu contribución

Al fin y al cabo, creo que podemos estar muy orgullosas de las madres trabajadoras. Tanto si eres autónoma como si no, si trabajas a tiempo parcial o completo, creo que es importante tener este tiempo «profesional» en equilibrio con el tiempo familiar.

Seamos un ejemplo para nuestros hijos. Muestra a tus hijos cómo puede funcionar tener una carrera y una familia sin sentirse culpable todo el tiempo. Anima a tus hijos a soñar y a elegir una carrera de acuerdo con sus intereses y puntos fuertes, independientemente de los estereotipos. Y: Si tú o los demás sois discriminados, no os limitéis a pasar de largo, abordadlo. Ya es hora de que se respete a las personas, independientemente de tu color de piel, tu género, tu religión, a quién amas, etc.

Es muy importante que haya más mujeres que tomen decisiones para conseguir un mundo más justo. Así que a por ello. Aporta tu granito de arena 🙂

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