Comenzó con mi hija mayor. En un momento dado, le pareció divertido usar un tubito para beber. Al principio, cuando recién estaba aprendiendo a beber de un vaso, nos pareció muy lindo, pero en algún momento se volvió molesto que no quisiera beber jugo, té, leche, etc. de su taza o vaso sin pajita.
Imagina que estás sentada en una cafetería y la niña se niega a beber su zumo o cacao porque no le puedes conseguir un tubito. Durante un tiempo incluso solíamos llevar pajitas para beber con nosotros desde casa en nuestra mochila – nunca se sabe. Pero cuando nuestra hija tenía tres años, pensamos que era lo suficientemente mayor para dejar este hábito. Sin mencionar el hecho de que el uso constante de tubos desechables, que luego terminan en la basura, me hizo sentir muy culpable. Y entonces en 2018 llegó el reglamento de la UE que prohíbe las pajillas desechables. ¡Esa fue la última llamada de atención!